Hace demandas imposibles y llora desesperado por cualquier motivo.
Estos días hemos acompañado su disgusto y su rabia y hemos ido dado palabras a lo que le iba pasando para que quedara al descubierto el verdadero motivo del llanto, dejando de lado la demanda desplazada que nos hacía. Y parece que con esto cada vez tiene más claro lo que va sintiendo.
Dos de las cosas que nos han ayudado han sido:

- La máquina de dar besos. Es un corazón redondo de colores hecho de madera que cada mañana yo cargo de besos. Así, si me echa de menos, puede coger la máquina de besos y sentir el montón de besos que le he dejado allí para él. Las mañanas que no nos vemos se lo dejo en su mesita de desayuno y se pone de lo más contento al verlo. Se lo lleva siempre a la guardería.
A ver cómo va evolucionando todo. Para mí también es duro adaptarme a estos nuevos horarios y lo que peor llevo son las noches, ya que Guerau está muy demandante de teta y duermo poco y con muchos despertares. Ya os contaré como lo vamos llevando...
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