jueves, 2 de agosto de 2012

Lactancia y trabajo

Llegando de trabajar. 6 meses y medio.
Mi mayor preocupación cuando me reincorporé al trabajo, aunque por pocas horas, era cómo compaginarlo con la lactancia. Guerau había empezado con la alimentación complementaria pero su fuente de alimento principal continuaba siendo la leche materna. 
El cuerpo, sabio, supo adaptarse a la nueva situación. Y nos adaptamos todos: mi marido que cambió horarios y consolaba al pequeño en brazos cuando él se despertaba en busca de teta, Guerau se acostumbró a beber mi leche en un vasito y yo lidié con el sacaleches durante unos meses.

El día que estaba más horas fuera de casa, mis pechos se hinchaban y me dolían y yo echaba de menos a mi peque. Al cabo de unos meses lo seguía echando de menos, pero los pechos se autorregularon y la producción de leche se adaptó a mi horario.
Guerau aprendió que los días que yo trabajaba las tomas de las mañanas en la cama se sustituían por un vasito de leche de mamá con el desayuno. Se acurrucaba a los brazos de su padre y se volvía a dormir sin tetear. Al cabo de unos meses él mismo decidió que podía esperar a beberlo del envase original y rechazó el vaso.

Considero que nuestra relación teta-trabajo ha sido fluida y tranquila.  Pude estar los meses de lactancia exclusiva tetando a total demanda y la verdad es que aunque después tuvimos que cambiar nuestros horarios y costumbres nos pudimos adaptar bien a la nueva situación.

Sé que es posible. El trabajo se puede compaginar con la lactancia, y si hay una pareja dispuesta a echar una mano todo es más fácil. Conozco situaciones en que parecía inverosímil y se consiguió.
Sólo hay que confiar en nosotras!

No hay comentarios:

Publicar un comentario