Esta segunda semana de adaptación ha sido más dura que la anterior.
Supongo que ahora ya ve que eso de ir a la guardería formará parte de su rutina matinal, y no le acaba de convencer. Lo que más le cuesta es separarse de mí, incluso si se queda con su padre. Por las mañanas intenta alargar la salida de casa, no se quiere poner la mochila, pide para ir al baño... pero sin prisa vamos haciendo y siempre acabamos llegando a la guarderia tranquilos y risueños. Una vez allí llora cuando me marcho, pero cuando lo voy a buscar me lo encuentro feliz y contento. Al salir me cuenta las cosas que ha hecho y cuando le pregunto si lo ha pasado bien me contesta que si. :)
Supongo que ahora ya ve que eso de ir a la guardería formará parte de su rutina matinal, y no le acaba de convencer. Lo que más le cuesta es separarse de mí, incluso si se queda con su padre. Por las mañanas intenta alargar la salida de casa, no se quiere poner la mochila, pide para ir al baño... pero sin prisa vamos haciendo y siempre acabamos llegando a la guarderia tranquilos y risueños. Una vez allí llora cuando me marcho, pero cuando lo voy a buscar me lo encuentro feliz y contento. Al salir me cuenta las cosas que ha hecho y cuando le pregunto si lo ha pasado bien me contesta que si. :)
Arroz de colores. ¡Nos lo pasamos genial! |
Y sin embargo, lo veo un poco angustiado porque por la noche se despierta a menudo para comprobar que todavía estoy a su lado, quiere teta a todas horas, quiere estar a upa y brazos, quiere que papá y mamá estemos siempre con él (prácticamente ha abandonado el juego autónomo que hacía antes)... Y a pesar de esto, hacemos un montón de actividades, canciones, juegos,... y se vé feliz!
Tiene que ser un gran cambio para él dejar de estar unas horas con nosotros para ir a un lugar nuevo con nueva gente y nuevas maneras de funcionar! La gran ventaja es que podemos dialogar y estamos en proceso de ver cómo podemos adaptarnos a este malestar y que entienda que yo hay días que tengo que irme a trabajar aunque a él no le guste.
De momento en la guardería ha ido un máximo de dos horas. Ya veis que estamos haciendo una adaptación muy lenta, a su medida, viendo cómo responde y aumentando el tiempo poco a poco. Esto implica hacer un puzzle con nuestros horarios y pedir al abuelo que haga un montón de kilómetros para venir a echarnos una mano, pero el principal es que el peque esté bien y pueda hacerse suyo el espacio , los compañeros, la maestra ... y que acabe estando a gusto a pesar de que me eche de menos.
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