lunes, 22 de agosto de 2011

Amamantando ...


De esta foto ya hace un tiempo ... es de la época conocía dos posturas para amamantar: la de la foto (la clásica) y la de estirados en la cama (muy útil para poder superar los primeros meses de demanda continua mientras tú descansas). Ahora, con sólo 5 meses ya me estoy convirtiendo en una máquina del tetasutra . ¡Y lo que me espera, que ahora no anda ni gatea!

Pues bien, la primera variante de las dos posturas conocidas vino porque el pequeño G. quería dormir sobre mí y además mamar con la cabeza entre los pechos (haciendo una torsión del pezón digno de la mujer elástica de los circos chinos). Y claro, a partir de ahí ¡ya me vi valiente para explorar!  
       ¿Que estamos comprando en el súper y tiene hambre? Ajustamos mochila (si voy con bandolera es más sencillo), intentando que no se me escape el pecho y sea objeto de miradas y caras de reproche, y ¡ale! ¡a mamar! Y yo, a seguir la compra como si nada. El problema es que yo que intento ser discreta (que el glamour y elegancia no hay que perderlos nunca) y mi niño, en cambio, hace unos ruidos que se entera todo el mundo! En fin, ya intento ir a algún súper con música alta ...  
       ¿Que vamos en coche y tiene hambre? (y no conduzco yo, claro) pues alargo el cinturón, apoyo la mano en el reposacabezas del asiento delantero y el cuerpo a la maxicosi , procurando que el pecho en cuestión quede a la altura óptima para que el niño pueda mamar. Si además podéis mirar la carretera, las caras de los camioneros, autobuseros/as...¡no tiene precio! (La cara que haría yo al verme desde fuera seguro que tampoco tendría).

  Y ahora ya hemos llegado a un punto que mama en todas las circunstancias (gracias al portabebés y bandolera, ¡claro!): mientras hago la comida, mientras tiendo la ropa recién salida de la lavadora, mientras paso la fregona, ... Y también está la de cuatro patas con el niño debajo (de la loba creo que llaman). Esta la hice "obligada", cuando tuve la mastitis, ya que me iba muy bien. Y bueno, que es toda una experiencia, ¿eh? El niño me miraba en plan "mamá se ha trastocado" ... pobrecito!
 Y luego están las posturas del tetasutra que se curra él. La última es dar de mamar mientras el niño salta sobre mis piernas y yo lo cojo por las axilas. Le encanta hacerlo porque lo ha descubierto hace poco, y claro, como curioso que es, también quiere probar esta nueva hazaña haciendo lo que más le gusta: ¡mamar! Ya procuro contenerlo un poco, por el bien de mis pezones elásticos, pero ... ¡es tan feliz y a mí me hace tanta gracia! :) Pues bien, ya iré actualizando el tetasutra a medida que descubramos nuevas posiciones ...

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