No había utilizado ningún sacaleches hasta el jueves pasado, y de momento la experiencia me está agobiando un poco, porque al no tener reservas hechas voy un poco apuradilla para dejar alimento suficiente para el martes por la mañana, que es cuando el niño se queda sólo con su padre. Esto implica estar todo el día con la teta al aire, si no es por el peque, es con el extractor pegado! Y el peque quiere más teta que nunca, no fuera que la cosa rara que se pone mamá en el pecho le dejara sin sustento....
La gracia del asunto radica en que los fabricantes de sacaleches son un poco sádicos, porque fabrican el aparato casi transparente, y esto implica ver tu pezón estirarse y encogerse según tus habilidades manuales (el mío es manual, supongo que a los eléctricoss les pasa lo mismo, con el agravante de que no controlas tú los tirones ...) y la verdad es que a mí me da un poco de cosa, aunque yo soy muuuy aprensiva. Creo que me pondré una tirita opaca ... porque si no me obsesiono con cuánto se estira el pezón, en si llega a tocar a la punta, en cómo se engancha en la parte superior del émbolo ... en fin ... y así no hay quien saque demasiada leche!
De hecho, quizás la cosa es cuestión de práctica, ya que cada día me saco más leche, y ya acumulo varios tarros en el congelador. Ahora la cosa será sacarme la leche en el trabajo, que no sé como lo haré. En un váter queda poco glamuroso, la verdad. Y aunque sea un extractor manual, hace un ruidito como si se estuviera ordeñando una vaca (que de hecho ...).
Ya lo veremos ... veremos si puedo sacarme la leche en el trabajo, si el niño acepta que mi leche no venga en el envase original, si le gusta la leche descongelada (dicen que tiene un sabor un poco diferente) , ... y ya os lo iré contando!
Besos!
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