Este curso escolar hemos podido combinar el horario entre el C. y yo para quedarnos con el niño. Ninguno de los dos estamos en jornada completa y por tanto los días que yo no voy a trabajar se lo queda él, y viceversa.
Así que algunas mañanas lo dejo durmiendo con el papá y me voy hacia trabajar con el corazón encogido. El primer día fue el más duro de todos porque tenía (de hecho, cada vez que me voy todavía la tengo) la sensación de estar abandonando al niño. No sé qué haría si lo tuviera que dejar con alguien que no fuera su padre ... Ellos dos tienen un vínculo muy bonito y creo que eso hace que G. no me heche tan en falta mientrayo no estoy. Se despiertan juntos, se desperezan en la cama, papá le da un vasito de leche de mamá .. y a media mañana van a dar una vuelta para que el peque pueda dormir un poquito ... y yo llego para comer, los tres juntitos !
Hay otros días que también trabajo por la tarde, que es más duro porque el niño está acostumbrado a hacer la siesta conmigo. Pero bueno, ayer se durmió sobre su padre! Parece que empieza a buscar alternativas a la teta ... (y tengo que confesar que aunque me alegra saberlo, me da un poco de rabia y todo ...)
Lo que si que he notado es que está mucho más pegado a mí cuando yo estoy. Quiere más teta, más brazos, más juego ... y supongo que es normal porque es su manera de compensar mi ausencia. Pero lo veo feliz y contento como siempre, y eso me hace estar muy tranquila. Cuando llego casi siempre está en los brazos de papá y me dedica una enoooorme sonrisa mientras estira los brazos y se abalanza sobre mí para mamar.
O sea que en general el pequeño G. se ha adaptado bien a los cambios. C. y yo vamos más de culo y tenemos menos tiempo para hacer cosas nuestras y de la casa ... pero ... qué importa que se acumulen pilas de platos para lavar cuando ves al niño tan feliz con el papa y / o mamá ? :)
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